El aprendizaje lo considero un proceso vital de cara a garantizar la supervivencia humana. Prueba de ello se refleja en como organismos internacionales, incluyendo Unión Europea y UNESCO han dedicado esfuerzos en priorizar la necesidad de educar a los ciudadanos sobre la importancia de un aprendizaje para toda la vida, en el que no solo se puedan fortalecer habilidades vinculadas con la empleabilidad, sino promover el desarrollo de la realización personal, la ciudadanía activa e integración efectiva en la sociedad (Belando-Montoro, 2017).
Desde mi experiencia como especialista en Neuropsicología Educativa, siempre intento educar a los padres que la base del aprendizaje se encuentra en el neurodesarrollo “desarrollo dinámico de interacción entre el niño y el entorno, lo que da como resultado un proceso madurativo de funciones cerebrales que dará como resultado la consolidación y desarrollo de diversos hitos madurativos: funcionalidad sensorial, lenguaje, motricidad, sociabilidad, cognición y funcionalidades neuropsicológicas”.
Con el mundo globalizado y competitivo en el que vivimos, no existe margen para postergar la evaluación e intervención de cualquier tipo de dificultad del aprendizaje ni de conducta. ¿Por qué menciono la conducta? Porque desórdenes en la adaptación conductual pueden traer como resultado problemas de aprendizaje, dado que la persona es incapaz de gestionar su propia conducta hacia la ejecución de actividades académicas y funcionales. De allí que una evaluación integral del aprendizaje deba también considerar Pruebas de Conducta y Emoción.
Parte de lo que me encanta de la Neuropsicología Educativa es su visión transdisciplinaria: combinar principios de las neurociencias, psicología y educación con tal de facilitar en los estudiantes la inserción hacia el derecho universal de la educación. Es por ello, querido lector, que si estás interesado en una evaluación integral del aprendizaje y conducta para pacientes en edad preescolar o escolar, esta evaluación como mínimo debe de contar con los siguientes elementos:
1- Pruebas de madurez neuropsicológica: pruebas que permiten evaluar la madurez neuropsicológica, permitiendo detectar aquellas áreas cerebrales que presenten signos de poca estimulación, y así poder brindar recomendaciones que permitan diseñar programas específicos de tratamiento.
2- Pruebas académicas de lectura, escritura y aritmética: Los trastornos de dificultades del aprendizaje suelen ser uno de los motivos de consulta más frecuentes en pacientes en edad escolar. Por definición, se entiende por dificultad del aprendizaje a todo alumno que a pesar de no tener dificultades en el ámbito intelectual, sensorial, físico, perceptivo, motriz y socioambiental, presentan carencias y errores en su aprendizaje.
3- Pruebas de conducta y emoción: en algunas ocasiones factores de aprendizaje pueden ocasionar dificultades conductuales o emocionales (o viceversa). De allí que sea imprescindible evaluar conducta y emoción. Las pruebas de conducta y emoción permiten evaluar factores conductuales y emocionales, como por ejemplo: agresividad, problemas escolares, ansiedad, depresión, habilidades académicas, hiperactividad, liderazgo, problemas de aprendizaje, problemas de atención, relación con los padres, estrés, somatización, acoso escolar, control de la ira, funcionamiento ejecutivo, resiliencia, trastornos del desarrollo social, control atencional, problemas de conducta, relación con profesores, entre otros.
4- Evaluación de inteligencia: permiten medir la capacidad de razonamiento abstracto, capacidades cognitivas, análisis, capacidad de adquirir aprendizajes nuevos y capacidad de adaptación a estímulos cambiantes y novedosos.
5- Pruebas neuropsicológicas: las pruebas neuropsicológicas aparte de medir funcionalidades cognitivas, también contemplan la medición de áreas cerebrales que guardan relación directa con dificultades del aprendizaje o conducta. Por ejemplo, una disfunción a nivel de corteza prefrontal orbitofrontal nos pudiese dar indicadores de dificultades en la regulación emocional, ya que esta área del cerebro se vincula con el control y regulación de la conducta desde una perspectiva emocional (Flores et al., 2020).
6- Pruebas perceptivas visuales y de integración visomotriz: las pruebas de percepción visual e integración visomotriz tienen dentro de sus objetivos evaluar las operaciones que realiza el cerebro ante la interpretación, significado y organización de estímulos físicos y sensoriales. Las habilidades perceptivas visuales requieren de una adecuada maduración previo y durante el desarrollo de habilidades de lectoescritura y de habilidades de autoayuda, como el cuidado personal, necesidad de alimentación y vestirse.
7- Pruebas específicas de detección de trastornos del neurodesarrollo: el diagnóstico certero de trastornos del neurodesarrollo contempla la aplicación de pruebas específicas, como es el caso de la Prueba e-TDAH y Prolexia, que de manera muy confiable permiten medir si el paciente evaluado cumple con los criterios diagnósticos vinculados con estos trastornos.
Adicionalmente, es importante el trabajo en equipo con otros especialistas, de allí que estas evaluaciones puedan brindar argumentos sólidos que permitan referir de forma oportuna al profesional correspondiente con miras de iniciar cuanto antes un proceso de intervención que permita promover el desarrollo de oportunidades y bienestar de cada paciente.
Al momento de la redacción de este escrito transcurre el mes de octubre del año 2021. Parte de mi preocupación va en torno al regreso gradual a clases que se está desarrollando en Panamá a finales de 2021 e inicios del año 2022. En Neuropsyedu estamos a la orden para dedicar esfuerzos en facilitar este proceso de la mejor manera, respetando ritmos de aprendizajes y brindando recomendaciones que permitan brindar a cada uno de nuestros pacientes la mejor de las atenciones posibles durante su etapa educativa.
Para citas de Neuropsicología Educativa, con gusto pueden contactar al +507 6535 6362 para conocer en mayor detalle sobre nuestra metodología de atención.
Referencias
Belando-Montoro, M. (2017). Aprendizaje a lo largo de la vida. concepto y componentes. Revista Iberoamericana De Educación, 75, 219-234.
Flores, J., Ostrosky, F., y Lozano, A. (2020). Batería neuropsicológica de funciones ejecutivas y lóbulos frontales. México: Manual Moderno.
Psicólogo/Neuropsicólogo Educativo idóneo en Panamá