⚡️ La inteligencia se define como la capacidad global que tienen las personas para actuar racionalmente, cumplir propósitos, comprender ideas complejas, interactuar, adaptarse eficientemente con el ambiente, resolver problemas de diversa índole como los problemas de razonamiento abstracto, resolución de problemas figurativos y es considerada uno de los predictores a tomar en cuenta con respecto a la actual y futura capacidad de aprendizaje de las personas, incluyendo el éxito académico (Neisser et al., 1996; Barrera, 2002; Ramírez-Benítez, 2016; Wechsler, 2017; Brown et al., 2019). Basado en la anterior definición, cobra sentido que en la actualidad la evaluación de la inteligencia siga teniendo presencia en la mayoría de las evaluaciones psicológicas y neuropsicológicas que son desarrolladas en escenarios educativos, clínicos, forenses y organizacionales por parte de especialistas de Salud Mental.
Dado la variedad de estratos que guardan correspondencia con el constructo de inteligencia, la literatura coincide en estudiarla desde tres sistemas jerárquicos claramente definidos (Torres-González et al., 2016; Ramírez-Benítez, 2016):
🧠 El primero hace referencia al factor g, el cual se relaciona con la inteligencia general de las personas.
🧠 El segundo sistema se relaciona con la inteligencia fluida, la cual está relacionada con la capacidad de resolver problemas novedosos, permitiendo a las personas crear conceptos, inferir, clasificar, generar-contrastar hipótesis y manipular información con la intención de transformarla y adaptarla a contextos novedosos. La inteligencia fluida es más instintiva y asociada con nuestra propia predisposición genética.
🧠 El tercer sistema se refiere a la inteligencia cristalizada, la cual guarda correspondencia con la riqueza y profundidad del conocimiento adquirido. Esto quiere decir que la inteligencia cristalizada se refiere a todos los conocimientos que hemos adquirido por medio de la experiencia, permitiendo a la persona incorporar nuevos conocimientos en diversas áreas de su vida (lenguaje, habilidades mecánicas entre otras). Por tal motivo, podemos concluir que la inteligencia cristalizada está asociada a los tipos de experiencias que la persona va cosechando a lo largo de su ciclo vital.
🧐 Basado en lo anterior, para efectos de evaluación de la inteligencia se utiliza el cociente intelectual (CI) como una medida que brinda confiabilidad al momento de medir el funcionamiento cognitivo general de los sujetos evaluados (Torres-González, 2016). Un dato interesante que me gustaría compartir contigo, querido lector, es que a diferencia de lo que se pensaba décadas atrás, en la actualidad se reconoce que el cociente intelectual es resultado de no solo factores genéticos, sino que también está influido por componentes educativos, familiares y ambientales. Lo anterior es un indicador que, con adecuada estimulación, es posible potenciar capacidades cognitivas que a su vez ayudarían a potenciar el cociente intelectual. Obviamente, el grado de aprovechamiento de esta estimulación dependerá del perfil cognitivo de la persona, sus antecedentes clínicos y de la frecuencia, intensidad y duración de las intervenciones.
🤯 Desde una perspectiva neuropsicológica, vale la pena mencionar que la inteligencia guarda relación directa e indirecta con otras funcionalidades cognitivas como lo son los sistemas perceptivos, atención, memoria, lenguaje, praxias y funcionamiento ejecutivo. La evaluación neuropsicológica y neurológica debe no solo contemplar valoraciones de inteligencia, sino también valorizar dominios específicos con tal de precisar de mejor manera cuando los resultados del paciente evaluado pueden corresponder a algún trastorno, disfunción o inmadurez neuropsicológica (Bauzela, 2006). Es por ello que en Neuropsyedu creemos en una evaluación integral que permita precisar de mejor forma nuestras recomendaciones y diagnósticos. Para mayor información, recomiendo que puedas dedicar tiempo a leer el siguiente texto: ¿En qué consiste una evaluación integral del Aprendizaje y Conducta?
😮 Si te has percatado, la definición de inteligencia puede resultar un poco similar a la de funcionamiento ejecutivo, sin embargo, me gustaría también narrarte algunas de las diferencias entre la inteligencia y el funcionamiento ejecutivo. Primeramente, el concepto de inteligencia tuvo su nacimiento gracias a la psicometría tradicional y el de funcionamiento ejecutivo tuvo su nacimiento por medio de la neurociencia cognitiva. Autores como Ardila (2018) coinciden que las funciones ejecutivas mantienen parcialmente correspondencia con el concepto de inteligencia, por ejemplo, se concluye que la inteligencia general mantiene equivalencia con las funciones ejecutivas metacognitivas, pero no con las funciones ejecutivas de tipo emocional. Si deseas reforzar conocimientos con respecto al funcionamiento ejecutivo, te invito a leer este artículo titulado: Neuropsicología de las Funciones Ejecutivas en la Educación.
🖍 Desde una perspectiva educativa, el documento Guía de Orientación para el Docente que atiende estudiantes con Discapacidad Intelectual autoría de IPHE (2014) menciona que una de las principales recomendaciones que pueden considerar docentes al trabajar con estudiantes con discapacidad intelectual es la de conocer su perfil psicológico, incluyendo sus capacidades, fortalezas y debilidades. De allí que una evaluación de inteligencia dentro del contexto educativo es indispensable al momento de brindar un adecuado acompañamiento a los estudiantes que lo necesiten. Son muchas las pruebas que pueden ayudar a evaluar la inteligencia desde una perspectiva holística. Es por ello que mencionaré cuatro pruebas que en el Centro Integral de Neuropsicología Educativa utilizamos para la valoración de esta importante funcionalidad cognitiva:
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Escala de Inteligencia de Wechsler para Preescolar y Primaria (WPPSI-IV):
prueba de inteligencia ideal para infantes con edades entre 2 años 6 meses hasta 7 años 7 meses. Esta prueba permite la medición de aptitudes cognitivas, tales como la comprensión verbal, procesamiento visoespacial, razonamiento fluido, memoria de trabajo, adquisición de vocabulario, capacidades no verbales, capacidades generales y competencia cognitiva. Me gustaría resaltar que una evaluación temprana desde el punto de vista cognitivo puede ser útil para iniciar cuanto antes un plan de intervención que esté adaptado a las necesidades de cada familia y caso. Adicionalmente, no solo resulta importante la evaluación de la inteligencia en casos de sospecha de discapacidad intelectual, sino también en casos donde haya sospecha de dificultades de lenguaje, comunicación, presencia de dificultades sociales o conductuales.
✅ WISC-IV, Escala de Inteligencia de Wechsler para niños -IV (Wechsler, 2007): es una prueba especializada en la evaluación completa del funcionamiento cognitivo de las personas con edades entre los 6 años y 0 meses hasta los 16 años y 11 meses. La prueba WISC-IV ofrece múltiples beneficios a padres de familia y estudiantes en edad escolar, entre los que me gustaría mencionar: favorece la planificación de programas de intervención, ayuda a detectar casos de inteligencia sobresaliente o de discapacidad intelectual mediante un perfil de fortalezas y debilidades. La valoración con el WISC-IV ofrece la medición de los siguientes índices: comprensión verbal, razonamiento perceptivo, memoria de trabajo y velocidad de procesamiento. En su conjunto, estos cuatro índices permiten obtener el cociente intelectual total del paciente evaluado.
✅ Escala de Wechsler de Inteligencia para Adultos (WAIS-IV): prueba de inteligencia que puede ser aplicada en adolescentes y adultos entre los 16 años 0 meses hasta los 90 años 11 meses. En nuestra experiencia, la evaluación de la inteligencia en adultos puede ser valiosa en los siguientes casos:
⇢ Adultos que durante su infancia presentaron antecedentes de trastornos del neurodesarrollo (TDAH, autismo, discapacidad intelectual, etc.).
⇢ Padres interesados en tomar decisiones académicas o universitarias. Por tal motivo, en contextos de orientación vocacional y profesional puede ser un aliado importante para orientar a las familias.
⇢ Aparición de lesiones adquiridas o congénitas. Al hablar de lesiones adquiridas, estamos haciendo referencia a traumatismos, accidentes cerebrovasculares o daños al cerebro posteriores al nacimiento.
⇢ Padres y red de apoyo interesados en valorar la madurez mental y cognitiva de una persona. Esto podría ser interesante para tener una estimación con respecto al nivel ayudas externas que pudiese requerir una persona.
⇢ Puede ser valioso evaluar la inteligencia en contextos de enfermedades médicas de tipo crónico. Factores como el dolor crónico, enfermedades hormonales (tipo diabetes o hiper/hipotiroidismo), o enfermedades como el cáncer pueden tener implicación directa o indirecta en áreas cognitivas.
⇢ Presencia o antecedentes de trastornos clínicos (ansiedad o depresión, por mencionar algunos ejemplos, pueden impactar en áreas cognitivas).
⇢ Adultos que presenten dificultades académicas, de aprendizaje, o dificultad para adaptarse a entornos laborales o técnicos que demanden aprender información de manera teórica o práctica.
Por tal motivo, valorar la inteligencia en distintas etapas del desarrollo se vuelve un aspecto importante con tal de determinar factores protectores y factores de riesgo que pudiesen estar alterando la adaptación de la persona en los distintos entornos en los que se desenvuelve.
✅ TONI-4 (Brown, 2019):
es una prueba de inteligencia no verbal que evalúa el razonamiento abstracto y la resolución de problemas figurativos en personas con edades entre los 6 hasta los 79 años.. En mi experiencia profesional, el TONI-4 es una prueba útil para ser aplicada junto con el WISC-IV, ya que los resultados de ambas pruebas nos pueden dar mayor seguridad sobre el cociente intelectual del paciente evaluado.
✋🏻 En el caso de pacientes que hayan presentado fatiga o desmotivación hacia otras pruebas de inteligencia es recomendable priorizar la evaluación con pruebas no verbales de inteligencia como el
TONI-4, ya que la misma está diseñada para minimizar los efectos del lenguaje en la evaluación.
👉🏼 Tal cual como he mencionado en el escrito, una valoración de inteligencia debe ser también acompañada por otras pruebas neuropsicológicas y educativas que ayuden a precisar de mejor forma el nivel de funcionamiento cognitivo y educativo del paciente evaluado. Recuerda que para evaluaciones neuropsicológicas y educativas, Neuropsyedu es tu aliado en Panamá. Para consultas de Neuropsicología Educativa, con total confianza te puedes contactar al +507 6535 6362 o al correo electrónico administrcion@neuropsyedu.com
Psicólogo/Neuropsicólogo Educativo idóneo en Panamá